lunes, 18 de marzo de 2013

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

Quizá el mejor modo para poder observar a una Ranita de San Antonio (Hyla arborea) es localizar una charca de apareamiento durante las lluvias de abril. Si la charca está ocupada, será fácil escuchar sus repetidos coros, de tonos tanto más graves cuanto más grande sea el macho emisor, los preferidos por las hembras. En la sierra del Guadarrama, en Madrid, aprovechan antiguas canteras de granito abandonadas, muy impermeables, y que poco a poco se han orlado de vegetación emergente: matas de juncos por estos lares. En esta época los machos permanecen en las lagunas hasta un mes, no así las hembras, que no pasan más de 2 o 3 días en ellas. Más difícil es localizarlas fuera de esta época, pero durante verano, otoño se las puede ver en lo que para un neófito pudiera parecer atípico para una rana, medrando por entre los arbustos de praderías preferiblemente húmedas, pero no necesariamente así.
Hábitos arborícolas y característicos discos adhesivos en el extremo de los dedos distinguen a la familia de las Hylidae de otras familias. Ranita de San Antonio (Hyla arborea). Guadalix de la Sierra. Madrid.
Y así fue como nos encontramos a este ejemplar, fuera de la época de reproducción, a primeros de marzo, campando por un prado seco próximo a un arroyo tributario del embalse de Pedrezuela (antes, El Vellón).
Y no lejos de allí, uno de los motivos por los que esta especie es cada día más difícil de observar. Para quien quiera entretenerse, os juro que el voraz invasor aparece en la foto...
Visón Americano (Mustela vison). Guadalix de la Sierra. Madrid.

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